
Ciudad de Panamá, Panamá. La repentina renuncia Sheyla Grajales en las últimas horas, como ministra de Gobierno, ha provocado todo tipo de reacciones, mientras el gobierno del presidente Laurentino Cortizo, que aún no se ha pronunciado sobre el tema, se muestra cauteloso frente a esta inesperada salida, considerando que hace solo 13 días atrás dos ministros de Estado salieron de la estructura gubernamental.
Aunque hubo cuestionamientos a Grajales desde que asumió el cargo, aún no ha habido un pronunciamiento oficial del Ejecutivo que sustente o aclare los motivos por los que la también exgobernadora de Panamá renunció a su cargo tras 12 día de labores.
El pasado 5 de febrero el presidente Cortizo anunció la salida de Rolando Mirones del cargo de ministro de Seguridad Pública, y de Carlos Romero de la cartera de Gobierno, a raíz de la fuga del peligroso asesino Gilberto Ventura Ceballos, quien luego fue recapturado. Romero fue reemplazado por Grajales.
De momento, son varios los nombres que, extraoficialmente, se cree que podrían ser considerados para ocupar la vacante que deja Grajales, miembro del Molirena, partido aliado del oficialista PRD.
El ex Panameñista y actual miembro del Molinera, Fernando Alemán, ex director de Migración en el gobierno del fallecido expresidente Guillermo Endara (1989-1994); y Severino Mejía, son solo algunos de los nombres que suenan para ocupar el cargo de Ministro de Gobierno.
Cabe destacar que, al igual que Rolando Mirones ocupó el cargo de director de la Policía Nacional (PN), durante la administración del ex presidente Martín Torrijos (2004-2009), durante dicho gobierno Mejía se desempeñó en el viceministerio de Gobierno y Justicia.
Ahora, el gobierno de Cortizo está en la carrera buscar un reemplazo que pueda rápidamente subsanar la situación y completar un Gabinete que dé fluidez a su gestión de gobierno con varios retos por delante, entre ellos, darle tranquilidad a los ciudadanos frente a los altos niveles de inseguridad y poner orden en el Sistema Penitenciario, cuya corrupción ha permitido, entre otras cosas, la fuga de Ventura Ceballos.
En tanto, el criminólogo Marco Aurelio Álvarez duda que el actual gobierno tenga entre sus manos una “crisis” con la renuncia de Grajales. Lo que sí tiene, dijo, es una oportunidad para articular todos los esfuerzos que permitan configurar una política criminológica de Estado y de carácter penitenciario para atacar la delincuencia.
Álvarez expresó a Pulso Mundial News que el reemplazo de Grajales no solo debe conocer las leyes, sino también las estructuras delincuenciales existentes en el país, y lo potencial que resultaría combinar hacia un mismo objetivo los aportes de disciplinas como trabajo social, sicología, siquiatría, forense, medicina, criminología, entre otras, para atacar la delincuencia, atendiendo, además, la parte de prevención.