
Ciudad de Panamá, Panamá. La Conferencia Episcopal Panameña (CEP) anunció hoy la suspensión de todas las celebraciones públicas religiosas relacionadas con la celebración de la Semana Santa en el país, e instó a los fieles de la iglesia católica a seguir las liturgias a través de medios de comunicación y plataformas digitales.
La CEP indicó que la medida obedece a la emergencia sanitaria en el país por el coronavirus y en atención a las medidas y recomendaciones de las autoridades.
“Se suspenden todas las celebraciones públicas religiosas, verdaderas expresiones de fe y piedad popular, unidas a las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa (viacrucis, procesiones, actos penitenciales masivos, y el Triduo Pascual); y todas las posteriores hasta nuevo aviso”, anunció la Conferencia, a través de un comunicado.
La CEF, exhorta a los fieles a seguir las celebraciones litúrgicas preparadas por los sacerdotes, que son transmitidas por los medios de comunicación y las plataformas digitales. “La celebración de la Semana Santa se realizará en familia, ‘la Iglesia doméstica’, que permanecerá en oración en su casa. Cada diócesis, según su realidad, organizará y facilitará los subsidios para la celebración de los fieles en sus hogares”, agrega el comunicado.
La CEP explicó que la decisión surge en función a las disposiciones de las autoridades sanitarias, establecidas por el gobierno nacional a través de los decretos Ejecutivos No. 472, que prohíbe la realización de eventos con aglomeración de personas; el No. 490 de 17 de marzo, que anuncia el toque de queda en la República de Panamá; y el No. 499 de 19 de marzo que declara el cerco sanitario en las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón.
Los obispos manifiestan que están conscientes de la difícil situación que vive el país con pandemia del COVID-19,por lo que instan a la feligresía a tomar conciencia de la urgencia de que cada uno aplique los protocolos de prevención y contención, como el lavado de manos permanentemente y mantenerse en su casa.
“Al clero, a las religiosas y agentes de pastoral nuestra gratitud por su entrega y los instamos a continuar siendo un bálsamo para nuestro pueblo, que requiere de nuestra atención espiritual y acompañamiento en la fe”, señala la CEP.
«El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria». (Salmos, 18). Él nos dejó a su Madre al pie de la cruz y como el «discípulo amado» en esta hora de dolor la recibimos en nuestra casa. Sigamos orando y previniendo el contagio, porque con la misericordia de Dios y con la solidaridad de cada uno de nosotros, podremos detener la pandemia del COVID 19”, agrega la Conferencia.
La CEP concluyó que cuando la oración es constante y verdaderamente ferviente, su influencia es más evidente: Nos une como familia y nos ayuda a enfrentar con esperanza los acontecimientos difíciles. Es la oportunidad de fortalecer la “Iglesia doméstica”, a través de la oración. “La familia que reza unida, permanece unida”.